Shaq-Fu (SNES / MegaDrive, 1994)

Tras el éxito de Street Fighter II y Mortal Kombat a principios de los 90 fueron muchos los que se apuntaron al carro de los juegos de lucha. Por supuesto, de esos años salieron muchos juegos realmente malos, algunos de los cuales, no lo dudéis, serán tratados aquí a su debido tiempo. Pero, a riesgo de ser poco original, he decidido optar por el más conocido de todos. ¿Y qué le hace merecedor de esa condición? Que, por malos que sean los demás, éste es el único protagonizado por Shaqueille O'Neal. Ascomaníacos: ¡es la hora del Shaq-Fu! Sí, es un juego de palabras con kung-fu. Empezamos bien, ¿eh?

¡Shaq enfadado! ¡SHAQ DESTRUIR!

      Mis conocimientos sobre baloncesto son bastante limitados. Por ese motivo, de Shaqueille O'Neal (Shaq para los amigos) lo único que sabía eran tres cosas: que es enorme, que su nombre rima con su apellido (cosa que no tengo claro si es muy molona o muy rara) y que tuvo un videojuego. Ahora se añade una cuarta: dicho videojuego es un ñordo del tamaño del propio Shaq, y ya hemos hablado antes del tamaño de Shaq.

Normalmente fijarse en la historia de un juego de lucha es una mala idea, pero es que la intro de Shaq-Fu se merece una mención especial por su estupidez: Nuestro Shaq se encuentra paseando por el centro de Tokyo (en el que, como todo el mundo sabe, todos los edificios son pagodas con anuncios de Pepsi) cuando encuentra un pequeño dojo de Kung-Fu (un arte marcial chino, por cierto). Dentro, el chino de Gremlins le confunde con un luchador de artes marciales (aunque va claramente vestido con el uniforme de su equipo, los Orlando Magic) y le manda a otra dimensión a por un niño que ha sido raptado por una momia y sus secuaces (nadie nos explica sus motivos, así que asumiremos que es por simple pederastia). Shaq no entiende nada, pero como es Shaq, y a Shaq se la suda todo, se aventura en el portal mágico.

Y así da comienzo el modo historia del juego. En él controlarás a Shaq quien, según la bio que proporciona el juego y pese a lo que pueda dar a pensar el título, es un "maestro del Shaqido" (otro arte marcial estúpido fruto de la mezcla, supongo, de Shaq y Aikido). Aquí aparece uno de los 2 únicos puntos buenos del juego: la posibilidad de decidir contra quién quieres luchar a través de un mapa del mundo. Que sí, que es un simple selector de nivel un poco más elaborado de lo normal, pero el detalle se agradece. Otra cosa es que en todos los niveles lo vayas a pasar igual de mal...

El juego en sí y por qué es físicamente doloroso.

Una vez te has dirigido a uno de los 6 niveles disponibles (9 en la versión de Mega-Drive, que además cuenta con cinco personajes extra, aunque servidor ha jugado a la de SNES), y tras un breve pero intenso diálogo lleno de dramatismo empezará el combate. La primera impresión es favorable (de ahí la segunda de las dos cosas buenas), porque aunque los personajes no son muy detallados, las animaciones son excelentes para un juego de esa época; y los escenarios, aunque no especialmente originales (selva, templo, volcán, etc.) cumplen muy bien su función. Pero a la que pulsas el primer botón es cuando te das cuenta de que este juego no hay animación que lo salve: Para empezar, los controles sufren un ligero retraso entre que pulsas el botón y que tu personaje los realiza (en parte es el precio a pagar por animaciones demasiado elaboradas). Eso, como os podéis imaginar, es letal para cualquier juego de lucha, donde lo que hace falta es precisión y llevar bien los reflejos. Además, no tienes ningún tipo de control sobre la distancia a la que llegan los saltos, quedando éstos limitados a "salto hacia arriba", "salto demasiado largo hacia adelante" y "salto demasiado largo hacia atrás". A eso se le añade la inutilidad absoluta de los dos movimientos especiales disponibles para cada personaje y el alcance ridículo de los puñetazos, que convierten las peleas en un festival de patadas a destiempo.

He hablado de otros personajes porque aparte del modo historia se puede "disfrutar" de un modo Versus que permite elegir entre cualquiera de los distintos estereotipos y bizarradas que forman la plantilla de Shaq-Fu: el clon de Aladino, la chica-gato, la dama del vudú, la Cosa del Pantano, o el jefe final, la temible momia pederasta Sett. Pero todos se controlan igual de mal, así que no entiendo por qué ibas a querer invitar a un amigo a jugar a esto si no es para hacerle enfadar mucho y que así el sexo que practicaste con su novia le parezca menos putada.

Las curiosidades

-Existe una página web, http://www.shaqfu.com/, que tiene como misión reunir todas las copias de Shaq-Fu existentes y "liberar al mundo" de ellas. Es decir, romperlas y tirarlas al container (que, de hecho, es donde pertenecen). Que conste que ¡Asco de Juego! está en contra de las prácticas que promuevan el olvido de los errores del pasado, pero a veces los juegos nos lo ponen difícil.

-Shaq, que además estaba en esas épocas haciendo sus pinitos con el rap, pensó que el nombre de "Shaq-Fu" era demasiado brutal como para no ser explotado, así que bautizó su segundo album como Shaq-Fu: Da return.

¿¡Quién ha sido?!

En estos momentos a más de uno se le habrá quedado cara de tonto. Sí amigos, la misma Delphine Software que se encargó de los legendarios Another World y Flashback es la que, inmediatamente después, hizo esto. Cosa que, pensándolo mejor, explica la calidad de las animaciones. Obviamente después de ésto no levantaron cabeza, y tras sacar sus Moto Racer y un clon de Diablo llamado Darkstone bastante mediocre se fueron a pique el año 2004.

En definitiva, Shaq-Fu es un juego de lucha con unos gráficos más que decentes pero que, a causa de unos controles de esos que rompen mandos y de un concepto demasiado estúpido hasta para un videojuego de principios de los 90 acaba por merecer un sitio en el panteón de ¡Asco de Juego!. La verdad, no sé en qué estaba pensando Shaqueille O'Neal cuando estuvo de acuerdo con hacer ésto... Es como si a Michael Jordan le diera por protagonizar un beat'em-up callejero. Eh, espera un momento...

Y hasta aquí el review del legendario Shaq-Fu, sin duda uno de los clásicos cuando se habla de juegos verdaderamente terribles. Sé que normalmente me centro en cosas más recientes, pero en este caso me he permitido una excepción. Recordad que si queréis enteraros al momento de todas las actualizaciones os podéis hacer seguidores del blog por el método convencional de Blogger, por nuestro Twitter (@Guifo89) y a través de nuestro Facebook. ¡Hasta la vista, Ascomaníacos!