El mundo de los juegos malos está lleno de momentos interesantes; la expresion que mejor describe muchos de los AdJ de los que hablamos es la de "tienes que jugarlo". A veces son ideas tan absurdas o alocadas que, pese a su penosa ejecución (o justamente gracias a ella) merecen que al menos pruebes el juego para captarlo al cien por cien y te eches unas risas a su costa, para que luego puedas tal vez comentarlo con tus amigos y divertirte con la experiencia.
Ride To Hell: Retribution no es uno de esos juegos, y no deberías jugarlo nunca. Jamás. Lo único que merece Ride to Hell es que, una vez hayas leído el artículo, te olvides de él. No lo mires por pena cuando lo encuentres tirado en la cesta de juegos usados de tu tienda habitual; no lo menciones siquiera. A nadie. Porque lo único que merece un juego como Ride to Hell es el más absoluto olvido. He jugado seis horas a éste despropósito, seis horas que no voy a recuperar nunca. Aprovéchate de ellas y haz lo correcto. ¿Sigues teniendo curiosidad? ¿Quieres saber más? Pues sigue leyendo.
En un lamentable intento de sorprender con una narrativa no lineal, Ride to Hell empieza de la forma más confusa posible: sin ninguna explicación previa te encuentras disparando una ametralladora montada contra una horda de tatuados enemigos. Es muy probable que mueras antes siquiera de que puedas leer el mensaje de tutorial. Pero si sobrevives el tiempo suficiente serás llevado a otra secuencia totalmente descontextualizada: una pelea a puñetazos que resolverás mediante un sencillísimo QTE.
Hablamos de un juego que, en sus primeros 5 minutos, nos ha ofrecido penosamente dos de los segmentos más sobre-utilizados de la industria (QTEs y tiroteos desde posición fija), sin absolutamente ninguna explicación o contexto, y aderezados con unos tiempos de carga de los que ta dan para ir a hacer la compra de todo el mes, incluso en el menú principal. Y pese a todo, esos primeros 5 minutos de confusión y malas vibraciones son los mejores que nos van a ofrecer en Ride to Hell. Todo lo demás será una letal mezcla entre aburrimiento y vergüenza ajena.
Por fin una secuencia de vídeo nos desvela un poco la trama: 1969. Eres Jake Conway, un veterano del Vietnam que vuelve a casa a reunirse con su familia: el tío Mack y Mickey, tu hermano adolescente con aspiraciones de motero. En un paseo nocturno, unos moteros indeseables (doblados por el hermano alcohólico del productor) llamados "The Devil's Hand" degollan tu hermanito por llevar una chaqueta de "Retribution", la banda motera de tu padre. Así que te embarcas en un épico viaje en moto en busca de venganza. Como podéis imaginar, la narrativa madura sobre el drama de los veteranos de guerra y el precio de la redención en una sociedad post-Vietnam no es el punto más fuerte del juego.
No tiene un 1% en la caja por nada
Ride to Hell: Retribution alterna dos tipos de juego: conducción en moto y acción en tercera persona. Seguro que sentís curiosidad por cuál está peor hecho. Pues vamos por partes.
Los tramos de conducción parecen sacados literalmente de uno de esos juegos clónicos para móviles que te descargas gratis de la PlayStore porque alguien en el trabajo te ha dicho que "esta wapo, yo lo juego siempre en el baño". Te mueves siempre hacia adelante, con una moto que parece que flote y sin posibilidad de frenar, en un recorrido totalmente lineal en el que solo puedes girar lo suficiente como para evitar los obstáculos de la carretera. Y hay muchos obstáculos porque, según parece, en la América de 1969 todas, absolutamente todas las carreteras estaban en obras.
De vez en cuando, a la Road Rash, tendrás que pegarte con otros moteros a lomos de tu Harley. Sabrás que ha llegado ese momento porque el juego pasará a conducir la moto por ti mientras, muy educadamente, otro motero se sitúa exactamente a tu lado para que puedas pegarle bien mediante QTE. Qué detalle. Una vez recibida la paliza, su moto se apartará de tu lado y explotará sin razón aparente. Repetir con cada motero que participe en la persecución.
Un detalle de interés es que es imposible caerse de la moto. Lo único que produce chocarte con cualquier obstáculo es una ligera reducción de la velocidad, hasta que, cuando la moto dice basta, frena suavemente y también explota. Se ve que esa es su respuesta para todo.
Entonces llegas a destino, juegas un poco en el modo de acción en tercera persona, y ya echas de menos la vida en la carretera.
Pegarse con los enemigos es como jugar al primo feo, cojo, borde y analfabeto de los Batman: Arkham. Con que te limites a machacar los dos botones de golpe acabarás con todos los enemigos, y si no el QTE del modo Furia hará el resto. También puedes usar algunas armas cuerpo a cuerpo, como porras, llaves inglesas, y cuchillos que hacen el mismo sonido al golpear que las porras y las llaves inglesas.
En cuanto a los tiroteos, la mejor forma de describirlos sería la siguiente: Imagina que te encierran en un edificio de seis plantas con cincuenta señores armados con rifles de asalto, pero dichos señores son miopes, sordos, y con frecuencia se quedan enganchados en las paredes porque están recubiertos de pegamento. Debes asesinarlos a todos, pero tu única arma es una pistola que dispara guisantes congelados. Que empiece el Battle Royale.
La suma de todo eso nos da, ya de por sí, un juego que no recomendaría absolutamente a nadie. Pero son los detalles los que ponen la guinda al pastel podrido. Ride to Hell es, para empezar, un despropósito técnico: Aunque sus gráficos, ya de entrada, van con unos cuantos años de retraso, y todos los escenarios tienen la misma pinta y el mismo filtro marrón anaranjado, el asunto se vuelve imperdonable cuando todas las texturas tardan una eternidad en cargarse y acabas con un plano lleno de personajes a medio generar. El sonido va y viene, o aparece a destiempo. En cierto tramo del juego huyes de una enorme apisonadora que no hace el menor ruido. Tampoco faltan los bugs que caracterizan todo AdJ, con Game Overs en mitad de secuencias de vídeo, enemigos que mueren solos, o agujeros sin fondo en medio de la carretera.
Pero eh, mira cuánto sexo. El sexo mola. Aunque sea con ropa porque les da palo modelar un pezón. Luego los SJW dirán que las mujeres no tienen un papel igualitario en la industria del videojuego y no sé qué memeces más. Pues mira, en Ride to Hell hay un montón de mujeres, casi todas te dan sexo como recompensa, y algunas hasta lo hacen encima. GIRL POWER.
¡¿QUIÉN HA SIDO?!
Eutechnyx es un estudio del Reino Unido que lleva existiendo con diversos nombres desde 1987, y que se especializa en hacer juegos malos de carreras. No, en serio, han hecho docenas y todos apestan. El cómo se las han apañado para seguir en activo tanto tiempo sin haber hecho nunca un sólo juego que valga la pena es para mí un auténtico misterio.
Ride to Hell: Retribution era su proyecto más ambicioso cuando lo anunciaron en 2008. Se suponía que iba a ser un juego de mundo abierto ambientado en el mundo de los moteros. Luego el juego desapareció del radar hasta 2013, cuando volvió a ser anunciado apenas cuatro meses antes de su fecha de salida junto a dos juegos más: Ride to Hell: Beatdown para teléfonos y Ride to Hell: Route 666 para plataformas de descarga. Por supuesto, tras el palo que se llevó Retribution, ambos fueron cancelados.
Y hasta aquí nuestro apoteósico duelo con Ride to Hell: Retribution. Recordad el trato: no lo toquéis nunca, jamás, o habrán vencido los terroristas responsables de ésta atrocidad. La semana que viene, si no se me va mucho la olla, publicaré otra cosita que tengo a medias y que se saldrá un poco de la norma, pero ya os comenté que tenía mono de escribir de vez en cuando sobre algo que no fuera un juego malo. Así que tened paciencia y gracias por disfrutar del artículo. Yo me voy a jugar al Enter the Gungeon o algo. ¡Un abrazo a todos!
Érase una vez, BOOM BOOM BOOM RATATATATATA!!!
En un lamentable intento de sorprender con una narrativa no lineal, Ride to Hell empieza de la forma más confusa posible: sin ninguna explicación previa te encuentras disparando una ametralladora montada contra una horda de tatuados enemigos. Es muy probable que mueras antes siquiera de que puedas leer el mensaje de tutorial. Pero si sobrevives el tiempo suficiente serás llevado a otra secuencia totalmente descontextualizada: una pelea a puñetazos que resolverás mediante un sencillísimo QTE.
Hablamos de un juego que, en sus primeros 5 minutos, nos ha ofrecido penosamente dos de los segmentos más sobre-utilizados de la industria (QTEs y tiroteos desde posición fija), sin absolutamente ninguna explicación o contexto, y aderezados con unos tiempos de carga de los que ta dan para ir a hacer la compra de todo el mes, incluso en el menú principal. Y pese a todo, esos primeros 5 minutos de confusión y malas vibraciones son los mejores que nos van a ofrecer en Ride to Hell. Todo lo demás será una letal mezcla entre aburrimiento y vergüenza ajena.
Por fin una secuencia de vídeo nos desvela un poco la trama: 1969. Eres Jake Conway, un veterano del Vietnam que vuelve a casa a reunirse con su familia: el tío Mack y Mickey, tu hermano adolescente con aspiraciones de motero. En un paseo nocturno, unos moteros indeseables (doblados por el hermano alcohólico del productor) llamados "The Devil's Hand" degollan tu hermanito por llevar una chaqueta de "Retribution", la banda motera de tu padre. Así que te embarcas en un épico viaje en moto en busca de venganza. Como podéis imaginar, la narrativa madura sobre el drama de los veteranos de guerra y el precio de la redención en una sociedad post-Vietnam no es el punto más fuerte del juego.
No tiene un 1% en la caja por nada
Ride to Hell: Retribution alterna dos tipos de juego: conducción en moto y acción en tercera persona. Seguro que sentís curiosidad por cuál está peor hecho. Pues vamos por partes.
Los tramos de conducción parecen sacados literalmente de uno de esos juegos clónicos para móviles que te descargas gratis de la PlayStore porque alguien en el trabajo te ha dicho que "esta wapo, yo lo juego siempre en el baño". Te mueves siempre hacia adelante, con una moto que parece que flote y sin posibilidad de frenar, en un recorrido totalmente lineal en el que solo puedes girar lo suficiente como para evitar los obstáculos de la carretera. Y hay muchos obstáculos porque, según parece, en la América de 1969 todas, absolutamente todas las carreteras estaban en obras.
De vez en cuando, a la Road Rash, tendrás que pegarte con otros moteros a lomos de tu Harley. Sabrás que ha llegado ese momento porque el juego pasará a conducir la moto por ti mientras, muy educadamente, otro motero se sitúa exactamente a tu lado para que puedas pegarle bien mediante QTE. Qué detalle. Una vez recibida la paliza, su moto se apartará de tu lado y explotará sin razón aparente. Repetir con cada motero que participe en la persecución.
Un detalle de interés es que es imposible caerse de la moto. Lo único que produce chocarte con cualquier obstáculo es una ligera reducción de la velocidad, hasta que, cuando la moto dice basta, frena suavemente y también explota. Se ve que esa es su respuesta para todo.
Entonces llegas a destino, juegas un poco en el modo de acción en tercera persona, y ya echas de menos la vida en la carretera.
Pegarse con los enemigos es como jugar al primo feo, cojo, borde y analfabeto de los Batman: Arkham. Con que te limites a machacar los dos botones de golpe acabarás con todos los enemigos, y si no el QTE del modo Furia hará el resto. También puedes usar algunas armas cuerpo a cuerpo, como porras, llaves inglesas, y cuchillos que hacen el mismo sonido al golpear que las porras y las llaves inglesas.
En cuanto a los tiroteos, la mejor forma de describirlos sería la siguiente: Imagina que te encierran en un edificio de seis plantas con cincuenta señores armados con rifles de asalto, pero dichos señores son miopes, sordos, y con frecuencia se quedan enganchados en las paredes porque están recubiertos de pegamento. Debes asesinarlos a todos, pero tu única arma es una pistola que dispara guisantes congelados. Que empiece el Battle Royale.
La suma de todo eso nos da, ya de por sí, un juego que no recomendaría absolutamente a nadie. Pero son los detalles los que ponen la guinda al pastel podrido. Ride to Hell es, para empezar, un despropósito técnico: Aunque sus gráficos, ya de entrada, van con unos cuantos años de retraso, y todos los escenarios tienen la misma pinta y el mismo filtro marrón anaranjado, el asunto se vuelve imperdonable cuando todas las texturas tardan una eternidad en cargarse y acabas con un plano lleno de personajes a medio generar. El sonido va y viene, o aparece a destiempo. En cierto tramo del juego huyes de una enorme apisonadora que no hace el menor ruido. Tampoco faltan los bugs que caracterizan todo AdJ, con Game Overs en mitad de secuencias de vídeo, enemigos que mueren solos, o agujeros sin fondo en medio de la carretera.
Pero eh, mira cuánto sexo. El sexo mola. Aunque sea con ropa porque les da palo modelar un pezón. Luego los SJW dirán que las mujeres no tienen un papel igualitario en la industria del videojuego y no sé qué memeces más. Pues mira, en Ride to Hell hay un montón de mujeres, casi todas te dan sexo como recompensa, y algunas hasta lo hacen encima. GIRL POWER.
¡¿QUIÉN HA SIDO?!
Eutechnyx es un estudio del Reino Unido que lleva existiendo con diversos nombres desde 1987, y que se especializa en hacer juegos malos de carreras. No, en serio, han hecho docenas y todos apestan. El cómo se las han apañado para seguir en activo tanto tiempo sin haber hecho nunca un sólo juego que valga la pena es para mí un auténtico misterio.
Ride to Hell: Retribution era su proyecto más ambicioso cuando lo anunciaron en 2008. Se suponía que iba a ser un juego de mundo abierto ambientado en el mundo de los moteros. Luego el juego desapareció del radar hasta 2013, cuando volvió a ser anunciado apenas cuatro meses antes de su fecha de salida junto a dos juegos más: Ride to Hell: Beatdown para teléfonos y Ride to Hell: Route 666 para plataformas de descarga. Por supuesto, tras el palo que se llevó Retribution, ambos fueron cancelados.
Y hasta aquí nuestro apoteósico duelo con Ride to Hell: Retribution. Recordad el trato: no lo toquéis nunca, jamás, o habrán vencido los terroristas responsables de ésta atrocidad. La semana que viene, si no se me va mucho la olla, publicaré otra cosita que tengo a medias y que se saldrá un poco de la norma, pero ya os comenté que tenía mono de escribir de vez en cuando sobre algo que no fuera un juego malo. Así que tened paciencia y gracias por disfrutar del artículo. Yo me voy a jugar al Enter the Gungeon o algo. ¡Un abrazo a todos!
De los pocos juegos que me han parecido tan malos que he tenido que dejar al poco de empezar. Una vergüenza joder xD
ResponderEliminarTodo lo que transmite el juego es que a nadie le importaba lo mas minimo lo que pudiera salir de ahi. Incluso Steam lo ha eliminado de su tienda. Steam. Ahi hay absolutamente de todo.
EliminarCada vez que leo un artículo,incluso este,me dan ganas de probas estos ADJ...algún día...cuando termine los pendientes de steam y...y deje los juegos online con colegas...Bueno que al menos me gusta poder conocerlos a través de ti :P
ResponderEliminarNo te preocupes que para eso estoy XD Un saludo amigo.
EliminarEste juego da tanta vergüenza ajena que de sólo leer la entrada se me han quitado las ganas de ir a Steam a ver a qué precio lo han dejado.
ResponderEliminarPues mira, lo retiraron de Steam al poco tiempo visto el éxito. Imagínate lo que tiene que ser un juego para que lo retiren de Steam. Tengo entendido que la version de PC es especialmente confusq por sus controles nada intuitivos y no mapeables, pero me temo que yo me tuve que conformar con la version de PS3.
Eliminar"Pegarse con los enemigos es como jugar al primo feo, cojo, borde y analfabeto de los Batman: Arkham". Mataría por haber escrito esa frasaca.
ResponderEliminarMe halagas XD El juego se merece eso y más.
EliminarAdemás de ser aborreciblemente (no curiosa o hilarantemente) malo, ni siquiera explota su mayor baza: servir como material onánico. Como me dijiste una vez: de los FMV [por extensión, interpreto que también de cualquier despropósito videojueguil del calibre de 'Ride to Hell'] al porno solo hay un paso; Eutechnyx lleva casi treinta años desatendiendo su verdadero cometido en este mundo.
ResponderEliminarAsí como juego medio guarrete tienen también los Big Mutha Truckers. A estos les veo haciendo porno chustero en VR para las Oculus Rift.
EliminarAl menos estará gratis en Steam?
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