E.T. the Extra-Terrestrial (Atari 2600, 1982)

Los videojuegos basados en películas tienen mala fama, pero hablar de E.T. para la Atari 2600 es hablar de una leyenda en el mundo del entretenimiento digital. Se le considera casi por unanimidad como uno de los peores videojuegos de la historia, y de él se suelen afirmar cosas como que es tan malo que lo tuvieron que enterrar en un desierto o incluso que por si solo llevó a la ruina a la entonces todopoderosa Atari, acabando con la industria del videojuego en occidente hasta que Nintendo la rescató del olvido con su NES.

Pero... ¿Es eso posible? ¿Puede un solo juego acabar de la noche a la mañana con una industria de millones de dólares? ¿Es E.T. un juego tan, tan, TAN malo? Vamos a descubrirlo. Pero antes un poco de historia. Historia del videojuego, que es menos aburrida. No, en serio, no os vayáis. Por favor.

1982: 'CAUSE THIS IS THRILLEEEER..!

En 1982 había dos cosas que lo estaban petando: Michael Jackson y Atari. Ese año el primero lanzó al mercado el disco más vendido de todos los tiempos. La segunda, que es la que en realidad nos importa, era la compañía que  desde hacía unos años lideraba sin mucho esfuerzo la joven pero ya multimillonaria industria del videojuego norteamericano. "Videojuego" era casi sinónimo de "Atari", y eso era en gran medida gracias a su consola Atari 2600, o como se la conocía entonces, la Atari VCS (Video Computer System). Así que cuando Spielberg decidió petarlo también con E.T., los ejecutivos de Atari y Universal Pictures decidieron sumar dos más dos y petarlo todavía más.

El regalo que deseaba todo niño.

Así que Spielberg y Universal cedieron a Atari los derechos para crear un videojuego de E.T. para la Atari 2600 a cambio de la entonces desorbitada suma de 20 MILLONES DE DÓLARES. Pero había un problema: El juego tenía que estar listo para venderse durante las navidades de ese año, y eso les dejaba un tiempo de desarrollo de apenas 5 semanas. Por aquel entonces el desarrollo medio para un videojuego llevaba unos 4 o 6 meses, así que se trataba de un marrón considerable. Ese marrón se lo comió Howard Scott Warshaw. Warshaw ya había cosechado cierto éxito ese mismo año con Yars' Revenge y la adaptación de En Busca del Arca Perdida, y se sintió lo suficientemente confiado como para hacer un best-seller en tiempo récord, y lo iba a hacer con estilo. Lejos de hacer caso a Spielberg, quien le sugirió "haz algo como Pac-Man", Warshaw decidió experimentar y crear algo diferente: Un trepidante juego de aventura y exploración en un mundo tridimensional lleno de enemigos, trampas y secretos. En realidad sobre el papel tenía muy buena pinta.

Cinco semanas más tarde...

Tiiiruuu-tiruriruriiiiiruuuuu...!

NO SE PUEDEN HACER MUCHOS MILAGROS EN CINCO SEMANAS.

Aclaremos algo: Estamos hablando de un juego de 1982, y los videojuegos han cambiado mucho desde entonces, incluso en algunas cosas que hoy damos por sentadas. La primera y mas obvia es el apartado gráfico. En ¡Asco de Juego! vivimos para criticar, pero siempre desde la justicia. Así que no sería del todo justo cebarse con E.T. en ese sentido, porque ningún juego de esa época puede compararse a los actuales. Sin embargo, incluso para su generación, E.T. tiene un aspecto bastante... soso. Escenarios planos y poco inspirados se suman al hecho de que en 1982 la Atari 2600 empezaba a quedarse obsoleta. El resultado es un juego que sería totalmente olvidable en el apartado visual. Lo mismo se puede decir del sonoro: Hay un par de efectos de sonido... Y ya. No le pidamos peras al olmo.
Todo eso es lo de menos: Lo que de verdad nos interesa es el apartado jugable. A continuación os incluyo un fragmento de la transcripción de lo que uno de nuestros expertos testers nos pudo narrar cuando se le hizo jugar sin ningún conocimiento previo del producto.

"SACADME DE ÉSTE AGUJERO"

"Vale, soy E.T. O por lo menos creo que eso es E.T. Parece un jeroglífico. No tengo ni idea de lo que hay que hacer, ni de lo que significan los iconos raros que salen en la parte superior de la pantalla, pero exploraré un poco por ahí a ver-- ¿Qué demonios...? ¿Cuándo me he caído por un agujero? Oh, hay un item. No sé qué es, pero lo cogeré por si acaso. No hace nada...Vale, si le doy al botón del joystick alargo el cuello... ¿para volar? Da igual, salgo de aquí. Resulta que esas manchas verdes son agujeros. Y hay un montón. No pasa nada, son sencillos de esqui-- No, no es tan sencillo. Sólo con rozarlos caes en ellos, pero tengo suficiente margen como para--¡Oye, esta vez ni siquiera me he acercado! ...A ver, calma. Sal del agujero y-- ¡NI SIQUIERA ME HAS DEJADO DAR OTRO PASO!"
(Blasfemias. Gritos. Algo sobre la madre de alguien.)
(Sonido de una silla al ser derribada.)
(Pasos. Portazo.)
(Fin de la grabación.)

Se repitió el patrón con dos jugadores más, con un resultado casi idéntico, siendo la única diferencia el número de agujeros a caer antes de la crisis nerviosa. Pero el experimento nos ha servido para revelar los dos problemas esenciales del juego: La total ausencia de pistas sobre el objetivo del juego y lo complicado que resulta moverse debido a los malditos agujeros.

Antes de sacar la artillería, debo hacer una observación interesante para el caso que nos ocupa: Insisto en el hecho de que el juego salió en 1982. Y aunque parezca una obviedad, hay que entender que no había tutoriales. No había menús de objetivos. Todas esas mecánicas que hoy damos por sentadas eran, por aquel entonces, algo que había que explicar, porque eran nuevas. Y del mismo modo que no te pones a jugar al Monopoly sin que alguien te explique las reglas del juego, no te ponías a jugar a un videojuego medianamente complejo sin haberte leído antes el manual de instrucciones. Y E.T. para Atari 2600 es uno de esos juegos.

Y entonces todo cobra un poco más de sentido. Tu objetivo es explorar las 6 zonas del juego en busca de piezas para construir un aparato con el que llamar a tus compatriotas. Dichas piezas están en el fondo de los agujeros que pueblan el mapeado, que habrá que explorar mientras esquivas a los agentes del gobierno que tratarán de encerrarte. Pero no estás solo: Elliot puede curarte de vez en cuando, y los iconos sobre la pantalla te darán pistas sobre cómo proceder. Una vez recogidas todas las piezas te diriges a la zona de rescate y tus amigotes te llevan a casa. You win. Parece muy simple, pero pocos juegos de su generación tenían un nivel semejante de complejidad.

Es una pena, porque una vez aclarado su objetivo queda claro que E.T. en realidad podría haber sido un juego decente de no ser por el segundo problema: El control. Más concretamente, estar cayendo en agujeros constantemente sin quererlo, debido a un sistema de colisiones muy precario. Con que un solo píxel del jugador roce un agujero, caerá por él, a veces incluso mientras se está saliendo ya de uno. Da la sensación de que, o bien el juego no funciona bien y está a medio terminar, o es que directamente hace trampas. Eso hace que recorrer los escenarios sea extremadamente frustrante y arruina la experiencia de juego. El precio de un desarrollo a marchas forzadas. Pero... ¿El PEOR videojuego de la historia?

No.

CONCLUSI-- Espera, ¿¡Has dicho "No"'!?
E.T. the Extraterrestrial para Atari 2600 no es un buen juego. Pero no es ni por asomo merecedor de la fama de "WORST GAME EVER MADE" que ha obtenido. Nos encontramos ante un caso parecido al de Takeshi no Chousenjou: Un juego del que se ha dicho mucho... Pero muy poca gente se ha plantado ante el juego de forma seria y objetiva y ha dicho "Vamos a ver lo que hay tras los rumores en Internet". Y teniendo en cuenta que Warshaw lo tuvo que tener listo en tan solo 5 semanas, E.T. es un juego sorprendentemente ambicioso; incluso se permitió el lujo de añadir un par de easter eggs. Pero los crípticos objetivos y, sobretodo, la enervante dificultad de navegar por los escenarios sin caer por esos AGUJEROS INFERNALES supuso una tremenda decepción para casi todos los jugadores. Pero no, no es el peor de la historia. Ni siquiera el peor de su tiempo. Entones... ¿esa fama? ¿Y la historia esa de que lo enterraron en el desierto? Eso llegó después, debido a la serie de catastróficas desdichas que rodearon a Atari en los meses posteriores a su lanzamiento. Un poco más de historia del videojuego para solucionar el misterio. Va, que ya queda poco.

"SE ACABÓ EL PASTEL"
Sobre el auge y caída de Atari se podría escribir un libro entero, pero intentaremos ser breves: El abrumador éxito de la compañía hizo que los competidores y clones aparecieran como setas, y la industria americana  empezaba a dar señales de saturación. Atari 2600, Atari 5200, Odyssey 2, Intellivision, ColecoVision, Gemini, Astrocade... Podría seguir. Lo mismo pasaba con los juegos: a la que uno tenía éxito, las tiendas se llenaban de clones de dudosa calidad. Pero la industria se negó a ver el problema y en un acto de chulería desmesurada Atari encargó para las navidades de 1982 la fabricación de 4 millones de copias de E.T. the Extraterrestrial. Pasó lo mismo con la nefasta versión de Atari 2600 de Pac-Man, de la que se encargaron, ojo, 12 millones de copias; más que consolas se habían vendido hasta entonces. Ambos juegos decepcionantes que se vendieron muy por debajo de las expectativas (1.5 y 7 millones de unidades vendidas respectivamente), y que además fueron devueltos en masa a las tiendas. ¿El resultado? Atari se ha gastado millones de dólares en producir y anunciar juegos que no puede vender. Eso, sumado a los motivos antes comentados, hace que el mercado explote. Los comercios, abrumados por las devoluciones y el producto no vendido, tildan a las consolas de moda pasajera y se niegan a darles otra oportunidad. Y Atari, reina del videojuego en occidente, se desploma. A ésto se le conoce como el crack del videojuego americano de 1983, del que la industria no se recuperó hasta la llegada de la Famicom (o NES) de Nintendo a América en 1985.

Y LA HISTORIA SE CONVIRTIÓ EN LEYENDA.
Así que tenemos una empresa que pierde dinero a un ritmo vertiginoso con millones de cartuchos que nadie quiere. Destruirlos todos es imposible, porque el plástico es un residuo que no se puede eliminar así como así. Y reciclarlos es absurdo porque igualmente nadie quiere ya videojuegos. No pueden simplemente hacer un agujero en el suelo, meterlos dentro y olvidarse del asunto. Espera, eso sí podían hacerlo. Así que lo hicieron. Llevaron casi un millón de cartuchos sobrantes a un vertedero en el desierto cerca de Alamogordo, New Mexico, los enterraron allí y esperaron a que el mundo se olvidara del asunto.

Pero entonces llegó Internet. Internet no olvida.

Empezaron a surgir rumores acerca de un montón de juegos enterrados por Atari. "¿Os acordáis de Atari? ¿Qué les pasó?" "Se fueron a pique. Dicen que tuvieron que enterrar un montón de juegos en el desierto porque no los pudieron vender." "Atari se fue a pique por culpa de E.T." "He probado E.T. en un emulador. Es malísimo." "E.T. es tan malo que lo tuvieron que enterrar en el desierto." "Debe ser el peor juego de la historia."

Y así nació el mito. Durante años se estuvo especulando sobre la veracidad del entierro, que ya había adquirido la categoría de leyenda urbana dado que nadie confirmaba nada. Hasta que el año pasado se llevó a cabo una excavación en Alamogordo para arrojar un poco de verdad sobre el asunto, en la que se encontraron unos 700.000 cartuchos de Atari. Curiosamente, apenas un 10% del producto enterrado eran copias de E.T.

Como dato curioso, se realizó el año pasado un documental sobre la propia excavación, el juego de E.T. y las circunstancias que lo rodearon. Se llama Atari: Game Over, y lo podéis ver en YouTube. A veces divaga un poco e incluso llega al extremo de decir que E.T. es un buen juego (Tampoco os flipéis), pero contiene algunas entrevistas interesantes y es un documento a tener en cuenta, si bien no se toma muy en serio a sí mismo.

Ahora sí. CONCLUSIÓN
¿El peor juego de la historia? No exactamente. Frustrante, y mucho. Mal acabado, confuso si no sabes lo que hay que hacer. Muy malo, sin duda. Pero muchos juegos de su época, e incluso posteriores, han sido bastante peores. Howard Warshaw se pasó de ambicioso cuando no era el momento de hacerlo; lo mismo que Atari se pasó de orgullosa. Las consecuencias: catastróficas para el gigante de la industria y, de rebote, para el legado que dejaría el juego, algo inmerecido. Pero sea como sea, un videojuego envuelto en una historia fascinante se mire por donde se mire.

Y hasta aquí nuestra pequeña aportación a la historia del videojuego. Tal vez en un tono algo más serio de lo que es habitual, pero la ocasión merecía un poco de rigor histórico y una cierta reflexión. No os preocupéis, en el próximo volveremos a echar mierda sobre la mierda, como en los viejos tiempos. Hasta la próxima, Ascomaníacos.
Os he echado de menos.