Especial ¡Asco de Cine! Vol.1: Street Fighter

Muchos ya se lo temían. Algunos hasta lo sugirieron. Pues sí, aquí está el primer especial ¡Asco de Cine!, en el que comentaré para vuestro gozo y disfrute algunas de esas películas de videojuegos que tan mal salen y tanto odiamos. Porque alguien lo tiene que hacer. Empecemos éste pequeño cambio de la rutina con un clásico de 1994: Street Fighter, la última batalla, basada, pese a la ausencia de número, en Street Fighter II (Porque, admitámoslo, no es que la primera entrega tenga legiones de fans). No la confundamos con la más reciente pero no mejor Street Fighter: La Leyenda de Chun-Li, de la que, quien sabe, puede que también hable un dia. Tampoco la mezclemos con Street Fighter II: The Movie, la sorprendentemente digna película anime de ese mismo año. La que hoy nos ocupa, protagonizada por Jean-Claude Van Damme, es una de esas horribles perlas del cine cutre ochentero/noventero. Esta es, me atrevo a decir, una de las películas con las que más me he reído... Aunque por los motivos equivocados.

Es curioso, lo normal en las películas de videojuegos es que para (en teoría) hacerlas más atractivas al público se eliminen muchos elementos de la fuente original hasta que, al final, cualquier parecido sea pura coincidencia. No es el caso de Street Fighter: ésta es una película que hace grandes esfuerzos por meter en pantalla todas las referencias posibles al videojuego en el que se basa... Eso sí, lo hace de la peor forma posible, sacrificando toda coherencia en el proceso.

Shadaloo, sudeste asiático. El general M. Bison (Raul Julia), tras crear un imperio traficando con drogas, decide que ya es hora de dominar el mundo. Su primer paso es secuestrar a varios trabajadores humanitarios y pedir un rescate de 20 BILLONES DE DÓLARES, a ingresar en su cuenta en Suiza. Pero el mundo libre no se queda de brazos cruzados y manda tropas de la A.N. (supongo que las U.N. ni siquiera permitieron que su nombre se asociara con ésta bazofia), lideradas por el comandante Guile (Jean-Claude Van Damme) a controlar la zona y efectuar un rescate. Por cierto, aquí con el doblaje no se nota, pero Van-Damme tiene un acento belga bastante marcado, así que como soldado norteamericano con la bandera tatuada en el biceps queda... regular.  Ya en su primera aparición Guile, en un momento de total clarividencia, decide que lo primero que deberá decir al mundo cuando tenga una cámara de televisión delante será, esencialmente "Bison es un hijo de puta y, además, tiene secuestrado a un amigo mio. Se llama Charlie, y me sentaría fatal que le pasara algo". No enseña una foto porque no le dan tiempo. Hasta el pobre Charlie Blanka (atentos a ese apellido) pone cara de incredulidad.

"¡Rehenes! ¡Si podéis orime, os rescataremos! ¡Os rescataremos! ¡Charlie! ¡Charlie, aguanta, amigo! ¡Te rescataremos!"

Mientras tanto, en los rincones más oscuros de Shadaloo, Ryu (Byron Mann) y Ken (Damian Chapa), dos estafadores de poca monta, intentan vender armas falsas a Sagat (Wes Studi), jefe criminal de la zona. Éste, sin embargo, descubre el engaño, probablemente porque por muy tuerto que sea el cliente es difícil hacer pasar por real un rifle que dispara PELOTAS DE TENIS. Sagat decide matar al alegre duo, pero visto que hay que ahorrar balas, en vez de pegarles un tiro les obliga a pelear contra  Vega (Jay Tavare). El primero en luchar es Ryu, pero su combate se ve interrumpido porque Guile, como buen pacificador, ATRAVIESA LA PARED CON UN TANQUE y mete en prisión a todos los presentes en plan Juez Dredd. Por cierto, ¿os dais cuenta de que, en todo lo que llevo, no he escrito ni una sola frase que no suene terriblemente estúpida?

"-Coronel, ha perdido usted la cabeza.  -¡No, ustedes han perdido las pelotas!"

Observando a Ryu y a Ken en la cárcel, a Guile y sus hombres de confianza Cammy (Kylie Minogue, sí, he dicho Kyile Minogue) y T.Hawk (Gregg Rainwater) se les ocurre un plan: fingir la muerte del coronel y que Ryu y Ken, con un transmisor oculto, convenzan a Sagat para fugarse y éste les lleve a la base secreta de Bison. No estoy seguro de cómo la primera parte del plan tiene algo que ver con el resto, pero bueno, supongo que sirvió para tener intrigados a los espectadores menores de 5 años. De hecho, Guile finge tan bien su muerte que hasta tiene el detalle de meterse todo el dia en una bolsa para cadáveres de una morgue DE SU PROPIA BASE, hasta que la reportera Chun-Li (Ming-Na Wen, a la que aquí vemos con su traje chino comprado en unos chinos), que se quiere vengar de Bison por la muerte de su padre, lo descubre todo. Guile ya puede dejar de fingir. Mejor no pienses mucho en el poco sentido de éste último párrafo.

En la siguiente escena Chun-Li y sus compañeros, el ex-boxeador Balrog (Grand L. Bush) y el ex-sumo hawaiano E. Honda (Peter Tuiasosopo) demuestran sus dotes para la estupidez en una película que ya de por sí era bastante estúpida: tras localizar a Bison comprando armas a Sagat con sus Bison-dólares (en un supermercado de armamento al aire libre y lleno de gente, luces y focos que los hombres de Guile no han podido encontrar) los chicos de Chun-Li meten una bomba entre sus armas, aunque no sin emitir antes un vídeo donde amablemente explican su argucia. No sólo la bomba es totalmente inutil, sino que además les capturan a los tres. Y no, no tengo ni idea de qué está haciendo Guile mientras tanto.

Ya en la Bison-base, en los gloriosos aposentos del dictador (que podemos ver en la imagen de abajo, ojo al cuadro tras Chun-Li) Bison intenta cepillarse a Chun-Li vestido con una bata pero sin quitarse la gorra en ningún momento, porque es un tipo con clase y no se la quita ni para fornicar. Pero Chun-Li no se deja y atiza a Bison. Mientras lo hace, Ryu y Ken, que han liberado a Honda y Balrog, se dejan caer por ahí, y todos juntos suman su estupidez y acaban encerrados y dormidos con gas.

"Para usted el dia en que Bison bendijo su pueblo fue el día más importante de su vida. Pero para mi... Solo era un martes."

Mientras tanto, Guile hace un George Bush y decide que, aunque los dirigentes de la A.N. no lo autoricen, mandará sus tropas al ataque. Tras una algo vergonzosa secuencia en la que Bison saca una máquina arcade y lanza minas por control remoto a la lancha de Guile (grito de ¡GAME OVER! incluido), ésta revienta. Como "es imposible que haya sobrevivido", sobrevive y se infiltra en la base. Ahí se enfrenta horrorizado a Charlie, o mejor dicho, Blanka (Robert Mammone, al que podéis ver espléndidamente caracterizado unas líneas más abajo). El pobre viejo amigo de Guile ha sido transformado en nuestro querido monstruo verde por un arrepentido doctor Dhalsim (Roshan Seth), quien por alguna razón de una escena a otra se ha vuelto calvo. No bromeo. Eso sí, Dhalsim, el muy puñetero, ha saboteado su creación: En vez de crear para Bison un monstruo verde estúpido y sediento de sangre, ha creado un monstruo verde y estúpido que sabe que es un monstruo verde y estúpido y vive traumatizado por ello. VAYA, GRACIAS DOCTOR.

"GRARGHRLLLPFFFBRAAAAAH!!!"

En fin, que se reconocen mutuamente y se dejan escapar el uno al otro. Así que, aprovechando la confusión generada por el ataque de sus tropas, Guile se presenta en la sala de control de Bison, donde le pega una paliza al dictador, que muere por patada giratoria y posterior golpe contra panel eléctrico. Pero su traje mágico le resucita, y no sólo eso, sino que ahora está más loco, es más fuerte y puede volar gracias a energías magnéticas no especificadas instaladas en sus botas. Tiene sentido. Mientras tanto, Ryu, Ken, Cammy, T-Hawk, Honda, Chun-Li, Balrog, y un acoplado japonés llamado Sawada (nadie sabe muy bien quién es) están librando sus propias batallas, pero lo cierto es que a nadie le importa demasiado porque la base se está auto-destruyendo debido a que Guile ha lanzado a Bison contra unos monitores de otra patada giratoria. También tiene sentido. Oh, por cierto, Zangief (Andrew Bryniarski) y Dee-Jay (Miguel A. Núñez, Jr.) aparecen como súbditos de Bison, el primero como un grandullón retrasado y el segundo como el negro bocazas que no puede faltar en toda película mala.

Al fin los héroes se reúnen fuera, consternados porque el pobre Guile no ha salido de la base a tiempo. Sólo que sí, y hay gran regocijo. Tal es la alegria y las ganas de festejo, que todos realizan su correspondiente pose de victoria en Street Fighter II, lo cual sería un detalle muy friki si no fuera una escena tan condenadamente vergonzosa. Guile incluso saca el puto peine. Hasta cuando vi la película por primera vez (y era un niño de 6 años) ese momento me produjo vergüenza ajena. Os la voy a enseñar gracias a Youtube. Qué demonios, os voy a enseñar éste maravilloso vídeo con los que el usuario Cablogula considera que son los 20 momentos más vergonzosos de la película. Yo habría puesto más, pero supongo que a veces te ves obligado a elegir:

Podría estar todo el día hablando de esta película y todo lo que está mal. Porque cualquier fan de la saga se habrá dado cuenta de que, pese a que aparecen casi todos los personajes de cualquier edición de Street Fighter II (menos Fei-Long y Akuma), tan solo Guile y Bison mantienen su background original, y me atrevo a decir que los únicos actores cuya nacionalidad se corresponde con la que debería son Chun-Li y Balrog. Lo cual no sería un problema si no hubiera que sufrir los acentos en la versión original, y el de Van-Damme es, como he dicho, ridículamente marcado.

Las curiosidades

- El actor que interpreta a Bison, Raul Julia, actor con casi 30 años de carrera a sus espaldas, murió tras trabajar en esta película, en la que accedió a participar por sus hijos, que se lo pidieron. No es un final muy digno para tan larga carrera, pero la verdad es que pese a su deteriorado estado de salud el señor Julia hizo una más que digna interpretación para el papel que se le dio, siendo de lo único bueno de la película, y sin duda el único que muestra un mínimo de dotes como actor.

-Pese a ser un ñordo, la película está llena de detalles que los fans de los juegos encontrarán, como mínimo, curiosos: Por ejemplo, casi todos los personajes realizan una versión (algo cutrilla) de alguno de sus movimientos especiales. O el vestuario de Bison, que está lleno de las versiones alternativas de su traje en las distintas ediciones de SFII.

-El director, Steven De Souza, declaró en varias entrevistas que su intención no era hacer una película mala llena de referencias, sino un buen producto. Curioso, porque su "buen producto" se parece mucho a lo que yo defino como "película mala llena de referencias".